viernes, 10 de diciembre de 2010

Sobre la performance, estilo ensayo.

Durante el mes de Octubre se desarrollo en Concepción el encuentro “Alumini” festival internacional de arte performance. Si bien este evento “se propone investigar las diversas modalidades de enseñanza de una disciplina contemporánea del arte, y cómo ellas pueden visualizarse a través de las obras de artistas emergentes y sus maestros o referentes” (1),  este ensayo se enfoca en la acción performática como una necesidad humana y como una respuesta social, tomando en cuenta la perspectiva  obtenida en base a charlas, revisión bibliográfica, como espectador de performances, en talleres presenciales y por medio de la  experiencia personal.
“El arte de acción, tras las experiencias del happening, fluxus o del accionismo vienés, abandona las formas neodadaístas –sobre todo sus elementos de improvisación – para centrarse en un proceso de acción que obedece a premisas previstas de antemano. Estas acciones tienen como objeto concienciar sobre la complejidad de la realidad.” (Marchan Fiz, 1994: 235) La performance, enmarcada en el arte conceptual y descrita en parámetros del arte de acción, intenta manifestar una idea, realizar una representación conceptual, con actos previamente determinados, planificados y que dan cuenta de un proceso racional.

En la charla sobre arte de performance realizada el Martes 12 de Octubre en el Auditorio de la Universidad de Concepción, Guillermo Moscoso (Chile) habla sobre la vinculación que realiza él entre el activismo y la performance, sobre su interés de entregar un mensaje en el espacio publico, utilizando Internet como una plataforma de difusión, como un medio para visibilizar, explica que estas acciones nacen desde sus propias necesidades, como algo que va mas allá del arte, una convicción de vida vinculada a la libertad de expresión.
Álvaro Pereda (Chile) por su parte puntualiza sobre la apropiación del espacio publico, otorgando mayor valor al trabajo que se realiza en la calle que al que se ejecuta en un espacio cerrado, denota la precariedad del trabajo que nace desde lo cotidiano y establece una estrecha relación con el body art en cuanto a la utilización del cuerpo como soporte de obra.
Alastair McLennan (Irlanda) comenta que el lugar dice algo sobre la performance, establece la importancia de considerarse a uno mismo dentro de la performance, todos en proceso de transición en la vida y en la performance. Propone ser energía en transición mas que establecer una relación sujeto-objeto. Da cuenta de que es un proceso de 24 horas al día, en el que estamos todos en relación con todos y con el todo. Helge  Meyer entiende la performance como una forma de comunicación entre el alma y el ser humano, como un proceso de encontrarse con la gente.
Marilyn Arsem (EE.UU.) plantea que la obra está en relación al entorno, la ciudad. Entiende lo performático como un estado particular personal y de los demás. Enfatiza en el despojarse de los egos individuales, compartir la creatividad con un sentido de comunidad.

Vemos como la performance; que si bien cumple con ciertos criterios comunes vinculados a  la acción realizada por el cuerpo, su relación con el entorno, y la conceptualización de una idea o intención; está ligada a temas íntimos y personales de quien o quienes la ejecutan.  Surge de necesidades personales que se plantean en relación con el contexto social actual. En este punto el análisis de la sociedad actual resulta determinante en el modo de actuar.  
Vivimos en un tiempo en el que la explotación, la enajenación, la pobreza, la desigualdad, la represión y la violencia se tornan cotidianas, y por momentos invisibles. Contexto en el que la desvirtuación del anarquismo, el fracaso del socialismo, la atomización del feminismo y la imposibilidad del ecologismo en un sistema imperialista,  desencadenan sentimientos de impotencia y necesidad de búsqueda de nuevas alternativas, formas y métodos que planteen la ruptura, el cambio del sistema actual.
En este contexto “cada uno puede terminar de regocijarse en la esclavitud de aquello que no conoce y, rechazando la turba de palabras vacías, entablar un duelo cuerpo a cuerpo con la vida” (Anónimo, 2010: 5). Partiendo tal vez de lo mas simple, de lo mas básico, pero no menos importante, desde los tabúes, desde los tapujos, del cuestionamiento de la moralidad y del orden social; tomando como punto de vista la trinchera del arte, la ruptura con la institución y con el arte burgués, lograr un mayor acercamiento al espectador se torna fundamental.
Es aquí donde la performance realizada en lugares públicos aparece como una alternativa concreta y real, en la que el transeúnte recibe, percibe y experimenta la acción que se realiza como algo que rompe con su cotidianeidad, que logra cuestionar algunos aspectos de su vida y dejar una interrogante, un cuestionamiento o alguna incomodidad. Este entorno de la obra, en su calidad instalativa actúa como parte de la misma, la calle, el espacio habitado comunitariamente se abre como parte fundamental de la acción.
Pero este carácter político y publico del arte se ve sujeto a múltiples interpretaciones y lecturas, lo que complejiza su entendimiento y le diferencia de un arte netamente discursivo o panfletario.
En dependencias de la Universidad de Concepción Alastair McLennan realizo una performance en la que se articulaban  variados simbolismos (un pescado, perros de ropa, un zapato, platos con tierra) que resultaban de difícil comprensión, pero que inevitablemente  capturaban la atención de muchos transeúntes, quienes intentando comprender algún mensaje oculto le seguían y observaban. Guillermo Moscoso por su parte, intervino con acciones que hablaban claramente de temas clínicos y sexuales, por la utilización de condones y sondas que entregaban indicios del mensaje que se intentaba transmitir con el apoyo de movimientos corporales.

La inclusión del cuerpo, por su parte, interactúa con el contexto, pero genera un elemento diferenciador dado por la subjetividad de quien realiza la acción. Alastair Mclennan en el Taller de performance realizado en la Corporación Balmaceda Arte-Joven, menciona la importancia de la concentración, del flujo respiratorio, de la conciencia del cuerpo durante el trascurso de una  acción performatica, y enfatiza en la necesidad de practica de ejercicios para  lograr un mayor dominio, haciendo referencia a la influencia de estas practicas en la vida del ejecutante.
 La relación intima que establece con su cuerpo resulta en un proceso de autoconocimiento y liberación previo a cualquier arte de comportamiento, que también habla de cambios, mutaciones y rupturas con las propias limitaciones y temores, impuestos social o individualmente, pero que se vinculan con el arte preformativo y con el empoderamiento del cuerpo que es a su vez un gesto político en el contexto de la enajenación de la actividad humana. “La organización social actual no sólo retrasa, sino que impide y corrompe toda práctica de libertad. Para entender que es la libertad, no cabe otra posibilidad que experimentarla…” (Anónimo, 2010:15); la  performance se abre entonces como una posibilidad de protesta, una forma poco explorada de cambio y libertad.


Bibliografía


- MARCHÁN FIZ, SIMÓN (1994) Del Arte Objetual al Arte de Concepto, Editorial Akal, 6ta Edición.

- ANONIMX, Ai ferri Corti y otros textos. Ediciones Sin Nombre, 2010.

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